Lagrimas. Y un baile. Liberadores los dos. María España Almendro, la capitana, lloraba. Sparkle Sheana Taylor, la otra capitana, bailaba. Era su manera de liberar la tensión. Su equipo, su club, el de las dos, acababa de remontar, de ganar el partido numero nueve y las opciones de certificar la permanencia se iban hasta el noventa y pico por ciento. Eso es mucho. Muchísimo.

Atrás quedaban cuarenta minutos frenéticos, que comenzaban con la ausencia de dos de las mejores jugadoras del Movistar Estudiantes, pero Kai James se iba hasta las dos personales a los 40 segundos de juego e igualaba el escenario. Kai es clave para un equipo humilde como el SPAR.

Del 14-6 en el ecuador del primer cuarto se pasó al 15-21 antes de terminar los primeros diez minutos.

Los tres primeros cuartos del choque fueron para el Movistar, primorosamente dirigidos por la argentina Melisa Gretter, con los triples de sus compañeras, poniendo cierta distancia en el marcador. Parecía que el triunfo número nueve tardaría en llegar, al menos, una jornada más.

Las pupilas de José Carlos Ramos no acertaban con los tiros, apenas un 30 por ciento, las castigaban sobremanera. Pero, a este SPAR Gran Canaria nunca hay que darlo por derrotado.

Rotación asfixiante

Este equipo del Movistar Estudiantes, bien dirigido desde la banda por Alberto Ortego, asistente de Domingo Díaz en la selección española de principios del siglo XX, iba marcando el ritmo del partido, con una alta rotación, buscando asfixiar el juego de las locales.

Y con esas ventajas que fluctuaban entre los cuatro y los seis puntos, el cuadro madrileño parecía tener el partido bien encarrilado, no en vano tienen una estructura de club ACB y eso les permite disponer de recursos económicos lejos del alcance del SPAR Gran Canaria hoy en día, con el Cabildo de Gran Canaria mirando a los celajes, apoyando al baloncesto masculino y olvidándose del femenino.

Las amarillas entraron al último cuarto con una desventaja de seis puntos, pero con las revoluciones a tope.

La explosividad de Djénéba N’Diaye, unida a la dirección de juego de Marta Hermida y las canastas de un arma letal como es Sparkle Taylor (18 puntos), además de la fuerza bajo los tableros de Adji Fall, Sika Koné y Kai James le permitieron darle la vuelta al marcador en La Paterna, con 120 segundos finales de mucha emoción, para acabar firmando un triunfo que les supone el 95 por ciento de la permanencia de la exigente Liga Femenina Endesa.

Una jornada de alegría más para el deporte femenino de la isla de Gran Canaria.