La Provincia - Diario de Las Palmas

Domingo Díaz: "La falta de presupuesto nos obligó a jugar con muy poco"

FUE UNA TEMPORADA SUFRIDA. LA PERMANENCIA NO SE ALCANZÓ HASTA EL FINAL. PERO DÍAZ SIGUE APOSTANDO POR ESTE PROYECTO QUE NO HA PERDIDO SUS RAÍCES

EVA PÉREZ  - ¿Pensaron que el objetivo de la permanencia se podía alcanzar antes?
- Desde principios de temporada nos dimos cuenta de nuestras carencias. Afrontar una temporada de gran crisis económica apostando por la gente joven y con un presupuesto muy bajo suponía que iba a ser una temporada de mucho sufrimiento. Si a ello se suman una serie de errores burocráticos y de errores en la confección de la plantilla se hace aún más duro.
- ¿Cuáles fueron esos errores?
- El principal fue confiar en que con las jóvenes íbamos a poder afrontar tranquilamente la temporada. Se unió que en las dos primeras jornadas empezamos perdiendo en los últimos segundos. Eso ya nos marcó. Esa juventud y esa inexperiencia iban a pasar factura.
- ¿Cómo ha afectado la crisis al club?
- Un ejemplo muy claro es que es la primera vez en la historia del club que no tiene jugadoras norteamericanas. En estos 26 años nunca nos hemos echado a la boca más de lo que podíamos masticar y como había poco hemos jugado con muy poco. También afectó la reducción económica de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento. Hemos pasado de recibir hace tres años 72.000 euros a cobrar el año pasado 17.400.
- ¿En los últimos años la cantera ha dejado de ser tan fuerte como era antes?
- Todo lo contrario. La cantera sigue dando sus frutos. Somos el único club que ha sido capaz de meter en los dos últimos años a sus tres equipos de cantera en la fase final del Campeonato de España.
- Sin embargo, no se nota tanto en el primer equipo el peso de esa cantera.
- El problema es que a las chicas les está costando mucho compatibilizar sus estudios con la alta competición. Hay muy pocas facilidades en los colegios, en los institutos y en la propia universidad. Muchas de esas grandes jugadoras priorizan sus estudios y en un deporte que cada vez es más profesional como es el baloncesto femenino, es muy difícil que chicas que sólo le dedican un par de horas a entrenar puedan competir con jugadoras profesionales.
- ¿Hay decisiones tomadas en el equipo de cara al año que viene?
- No queremos ni pensar ahora mismo en el año que viene porque, al ser un club de cantera, empiezan ahora los campeonatos de Canarias y tenemos a todos los equipos clasificados. Tenemos además esperanzas en que algunos de estos equipos traigan medallas a nivel nacional. Éste, además de ser un gran proyecto y una meta del club, es un gasto económico enorme. A partir de ahí empezaremos a diseñar la próxima temporada. La crisis seguirá influyendo negativamente en clubes sociales como el nuestro. Otra vez habrá que ajustar el presupuesto para intentar mantener el equipo en la máxima categoría.
- ¿Sabe con qué jugadoras puede contar y con cuáles no?
- Nos gustaría contar con la columna vertebral de esta temporada. Sería un lujo enorme poder contar con todo el grupo de canarias, con Rosi Sánchez, Lidia Mirchandani, Eva Montesdeoca, Leonor Rodríguez, Vanessa Ble... Pero no sabemos números aún. Tendremos reuniones con el sponsor y con las instituciones.
- ¿Cómo percibe el vacío de títulos en los últimos años?
- Cuando en el año 99 ganamos la Copa de Europa tocamos el cielo y pensamos que eso no iba a ocurrir más nunca, pero dio la casualidad de que al año siguiente volvimos a jugar otra final europea. Sin embargo, tuvimos que bajar el presupuesto porque, al parecer, había que ayudar a otros proyectos deportivos que eran más importantes para las instituciones regionales que el nuestro. En aquel momento nos dejaron un poco desamparados. A pesar de ello, cuando nadie se lo esperaba volvimos a jugar una final europea, en 2003, pero los únicos que nos ayudaron fueron Ernesto Segura de Luna y Adrián Déniz. A partir de ahí muchas jugadoras perdieron la ilusión. Todos la perdimos y no le veíamos futuro a seguir aquí apoyando un proyecto en el que nadie creía. Sólo creía una persona, Begoña Santana, la única que ha creído siempre en esto y que continuó aquí a pesar de que yo me fui. Ahora seguimos en la brecha, intentando que no desaparezca un proyecto que para mí es más social que deportivo. El club se creó más bien como una labor social y sigue sin perder esas raíces.

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