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"Gracias de nuevo, diez años después", por Agustín Padrón

Lunes, 16 de Marzo de 2009

"Gracias de nuevo, diez años después", por Agustín Padrón (2009 AGUSTÍN PADRÓN)

Nuevo artículo en el apartado "EL CLUB" de nuestra web por Agustín Padrón.

El 1 de Abril de 1999 seguirá escrito en oro en la historia del deporte canario. Fue la culminación de una gran campaña del Sandra Gran Canaria en la Copa de Europa “Liliana Ronchetti, con una victoria épica, pero fue más que eso. Ahora que ha pasado una década no debe quedar en el olvido lo que llevó al mayor éxito hasta ahora del baloncesto canario. Fue sobre todo una victoria de la cantera, del trabajo de base durante años, porque aquel EQUIPO, así con mayúsculas, no tenía estrellas llegadas desde el otro lado del Atlántico, o desde otras naciones europeas, sino desde la propia casa.
 
Aquel equipo tenía como refuerzo foráneo a Hicks, porque la otra americana, Bronner no jugó mucho en la vuelta de la final. Eran Rosi Sánchez, Lourdes Peláez, Asun Gamón, Lidia Mirchandani, Paloma Moriana, Tania Quintero, las que llevaban el peso de los minutos en cancha, junto a Montenegro, Urquijo, Álamo, Alvarado o Montesdeoca con menos participación.
 
Fue un torneo inolvidable. Primero por las eliminatorias previas, donde subíamos a La Paterna para comprobar cuántos milagros podía hacer aquel equipo frente a conjuntos de diversas partes de Europa, siempre remontando. Clasificadas para la final llegó el viaje a Tierra Santa cruzando todo el Mediterráneo tras la escala en Palma de Mallorca en el charter de la ilusión. La primera final europea para un club canario de baloncesto estaba servida en una modesta cancha de barrio donde por suerte se mezclaban israelíes y palestinos. Llegamos en un momento de paz, de alto el fuego, y se podía caminar por Jerusalén o por Tel Aviv con vigilancia policial y militar pero sin muros, ni misiles, ni el cierre de fronteras que se empezó a sufrir en la zona pocos meses después.
 
Nos dio tiempo, en apenas 24 horas, de ver uno de los centros principales de la historia occidental, donde hace más de 2000 años predicaba el hijo de un carpintero, donde convivían en aparente buena vecindad católicos, judíos, ortodoxos y musulmanes.
 
Cada vez que surgen noticias en la zona de la violencia que se vive allí no puedo sino recordar aquel viaje para un partido de baloncesto femenino, y los controles de carretera, los taxis en las cunetas, los sacos de tierra en las azoteas, o los chiringuitos para turistas repletos de souvenirs pseudoreligiosos en Jerusalén o en Belén.

Por la tarde llegó el momento del partido y algo que para los que fuimos allí para contarlo nos devolvía a la dura realidad: una hora antes de empezar se desalojó toda la cancha para una revisión exhaustiva por la policía para evitar atentados. Otro momento tenso, que habla de la época que tocó vivir en esta final, fue a la hora de enganchar la señal con Gran Canaria. Lo primero que oigo es un informativo nacional que anuncia bombardeos de la OTAN en Belgrado, y que se suspendían las rutas comerciales que pasaban sobre el sur de Italia y los Balcanes. O lo que es lo mismo, ya veremos como volvemos. Lo importante era el partido y el potencial del equipo israelí. Al final un 79-72 con un triple final de Lourdes Peláez desde casi el centro de la cancha que abría la ilusión en la remontada.
 
Una semana después llegó el gran día. El 1 de abril era jueves santo, o lo que es lo mismo la víspera de festivo en Israel por la Pascua Judía. El resultado fue 64-54, luchado, sudado, trabajado, ante un conjunto que parecía más rápido, más grande, pero con menos corazón y menos pundonor. Había que demostrar capacidad de sufrimiento y se lograba el título.

Me quedo con varias sensaciones de aquel día: lleno en el Centro Insular de Deportes en plena Semana Santa, es decir más de 5000 personas para ver baloncesto femenino. La explosión de júbilo de todos al final y un grupo que recordaba el valor de la cantera, con las más pequeñas, las que ahora mayores veían recoger el fruto del trabajo diario. Un cúmulo de experiencias inolvidables que me hacen repetir, cada vez que escucho de nuevo el sonido radiofónico de aquella retransmisión, un GRACIAS, así, en grande.

Agustín Padrón, periodista radiofónico. Desde 1988 hasta 1995 compartía tareas en información general y de deportes en Radio Canarias Antena 3. En 1995 y hasta mediados de 1996 fue redactor de Antena 3 Televisión.
Desde 1996 trabaja en la Cadena SER en Las Palmas, como jefe de informativos hasta 2005 y además retransmitiendo baloncesto especialmente del Gran Canaria en la ACB, al que sigue ininterrumpidamente desde la temporada 96-97. Ha realizado programas especializados de baloncesto como “La onda de las estrellas” o “Basketmanía”, y retrasmisiones de las dos finales de la Copa de Europa “Liliana Ronchetti” que jugó el Sandra Gran Canaria en 1999 y 2000, la final de la liga femenina de 2000, y todas las fases finales de la Copa del Rey que ha jugado el Gran Canaria en la ACB.
Ha colaborado con diversas publicaciones como Canarias 7, Diario de Las Palmas, La Gaceta de Las Palmas o el diario AS.