ISABEL DE LA CALLE

No parecieron notar el cansancio físico y psíquico las salmantinas en el arranque del encuentro de Liga ante Gran Canaria La Caja de Canarias. Con dos sorpresas en el cinco inicial –Rovira y Sánchez por Silvia Domínguez y Anke de Mondt–, las charras se apoyaron sobre sus tres habituales para anotar con una facilidad increíble.

Jugando con sus postes, Avenida lograba puntos en cada ataque. La Caja de Canarias no era capaz de parar la velocidad de movimientos de Willingham, ni con el lanzamiento a 3 metros de Snow. A su pequeño festival (16 puntos entre las dos en los primeros minutos) se unió, además, una Gunta Basko rápida y participativa, que abría el juego cuando las cosas se complicaban en la pintura.

La diferencia, pues, se fue haciendo grande, superando los diez puntos ya desde el inicio con un 15-4 que daba tranquilidad a la grada.

En la última jugada canaria, sin embargo, las dos faltas de Rovira y otras tantas de Snow torcieron el gesto de José Ignacio Hernández, que tuvo que sacar a Silvia Domínguez antes quizá de lo esperado.

En los primeros minutos del segundo cuarto, el juego se hizo más trabado y el juego interior de Avenida tuvo más problemas para anotar. Mingo Díaz cerró a Ble y Perasovic de tal forma que Petra Stampalija no conseguía ver aro, aunque de este hecho se aprovechara Basko entrando desde fuera para que la renta se fuera ya a los 15 puntos (32-16).

A pesar de ello, el segundo cuarto fue mucho más frío tanto desde dentro como fuera de la cancha, ya que la distancia en el marcador se mantenía gracias al intercambio de canastas que había en el parquet y que favorecía a las locales, con una renta que ya era muy tranquilizadora.

En la reanudación, los árbitros fueron los protagonistas de las iras de un público que se sintió espoleado tras la tercera falta de Stampalija y la posterior técnica –forzada a buen seguro para levantar el ambiente– por José Ignacio.

Con el carrusel de faltas de esta parte central del tercer cuarto, llegó la cuarta de Ble, por lo que Díaz se vio obligado a sentarla y dar minutos a Halman.

A falta de dos minutos para el final del cuarto llegó la renta de Avenida a los 20 puntos (52-32) gracias al buen hacer de Snow, que no tenía oposición ante Perovanovic, incapaz de pararla cuando la norteamericana da un paso atrás.

Los deberes, pues, estaban hechos mucho antes de que el último cuarto llegara a su mitad. Con 59-41 en el luminoso de Würzburg, José Ignacio se dedicó a nadar y guardar la ropa sentando a sus postes titulares y dando minutos a Alaña y Stampalija para pasar los últimos minutos que parecían realmente de trámite.

Y así lo fueron: las charras se dedicaron a gustarse, a intentarlo –con acierto– desde lejos y a contener los intentos más o menos afortunados del equipo canario de acortar la renta. Sólo Ble y Kresovic, sin embargo, lograban llevar este propósito a buen puerto.