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Pablo Peñate: nueva incorporación en el apartado "El Club" de nuestra web

Lunes, 5 de Enero de 2009

Pablo Peñate: nueva incorporación en el apartado "El Club" de nuestra web (2009 PABLO PEÑATE)

2009 PABLO PEÑATE

Sobre el “Rodríguez Monroy” y mis amigos Begoña Santana y Domingo Díaz

Conozco a Domingo y a Begoña desde hace ya cuarenta años. Corría la década de los sesenta del pasado siglo cuando siendo muy niños nos enganchamos al baloncesto en Rodríguez Monroy, en uno de los santuarios de este deporte en la capital. Allí se jugaba al baloncesto,  se pasaba el rato, se cultivaba la amistad y el compañerismo e incluso, en las dos personas referidas y en otras, hasta parejas que formaron una familia. La cancha Rodríguez Monroy no conocía edades y allí se mezclaban infantiles y seniors. Lo mejor es que allí surgieron amistades que han perdurado en el tiempo. Las únicas diferencias que recuerdo de aquellos años estaban en los 3x3 que allí se jugaban y siempre relacionado con una misma frase: “fue falta, sacamos nosotros”, pero que no influían en el cariño que los asiduos nos teníamos.

Estar en la cancha por las tardes era lo normal. Los que más la frecuentaban veían  todos los entrenamientos y los partidos que allí se celebraban. En cualquier caso se admiraba la progresión de los jugadores, pero más el ardor que ponían en ello. Creo que este tema se respiraba en aquella cancha. Algunos entrenadores como Pedro Pulido canalizaron esta cualidad y con el tiempo este ardor sería un sello característico de los jugadores formados allí.

Las carreras deportivas de estos dos amigos no voy yo a descubrirlas ahora puesto que son públicas y ya más que loadas. Eso sí, no conozco ningún caso en el baloncesto nacional con los méritos que tienen Begoña y Domingo. El palmarés que poseen creo que será irrepetible por décadas. ¿El secreto? Creo que se sustenta en varios pilares: una vida dedicada al baloncesto minuto a minuto,  un conocimiento profundo del juego –ambos fueron técnicamente muy buenos jugadores-, y además, metódicos y con gran capacidad de trabajo. Por último, diría que han sido fieles a un concepto global sobre el baloncesto.

Para comprender mejor a Domingo y a Begoña e incluso a su club, hay que repasar los inicios de Rodríguez Monroy, toda una historia digna de contar y que no figura en la prensa escrita, pero sí en la memoria de los que la vivimos.

Revolviendo papeles y recuerdos sobre la cancha Rodríguez Monroy

Para conocer los orígenes de las instalaciones Rodríguez Monroy debemos situarnos en 1965. Aquel año, el jueves 25 de noviembre, se reunía el Pleno Municipal de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria para la mensual toma de acuerdos. Aquel pleno, presidido por el alcalde Juan Ramírez Bethencourt, tuvo importantes acuerdos para el deporte local. Entre otros, aprobó la electrificación del recién construido estadio López Socas, la construcción de instalaciones deportivas en el Colegio Cervantes y en  los grupos de viviendas de la barriada de Escaleritas situados en las calles Avenida de Escaleritas, calle Canónigo Azofra del Campo y Tomás García Guerra, y en las calles Avenida de Escaleritas, calle Deán Rodríguez Bolaños y Almirante Benítez Inglot. En definitiva, se estaba aprobando la construcción de lo que hoy son las instalaciones de Eliseo Ojeda y las conocidas como Rodríguez Monroy, histórico feudo del Club Baloncesto Islas Canarias y que ahora nos ocupa.

En aquellas fechas era concejal de deportes Fernando Navarro Valle. Este recordado concejal, con el apoyo de Carlos García San Román, emprendió toda una cruzada para sacar adelante el deporte de minorías. No debemos olvidar que por aquellos tiempos los presupuestos municipales eran cortos y además aún se estaba construyendo la Avenida Marítima y éste era un proyecto prioritario, amen de las enormes carencias básicas que tenía la Ciudad. Y sería precisamente Fernando Navarro Valle el que conseguiría arañar unos dineros para  la construcción de nuevas canchas entre los bloques de Escaleritas. A principios de 1966 ya se estaban adecuando los solares. Casi entrando el verano, en nuevo Pleno Municipal, se aprueba el alumbrado y la puesta en marcha de las instalaciones, hecho que ocurriría ese mismo verano.

La cancha Rodríguez Monroy se inauguró el 18 de julio de 1966

Por aquellos tiempos el minibasket estaba muy de moda y eran numerosos los equipos escolares que realizaban este deporte. Por esta razón y por la capacidad de arrastre que tienen los pequeños en los mayores, la federación preparó unos partidos mayoritariamente de minibasket para la puesta en marcha tanto de Rodríguez Monroy como del Eliseo Ojeda. La inauguración ocurrió el lunes 18 de julio de 1966, con un cartel en el que intervinieron los siguientes equipos: Claret, Loyola, Combinado Nuez Aguilar-San Agustín y La Salle-U.D.  Fue un día de mucho trasiego en aquellas canchas y la jornada resultó todo un acierto. Ya por la tarde se jugarían partidos de mayores, tanto en masculino como en femenino. La inauguración oficial fue realizada por el Gobernador Civil y por el Alcalde, Srs. Alberto Fernández Galar y  Juan Ramírez Bethencourt respectivamente.

Begoña Santana y Domingo Díaz  se inician en el baloncesto con el “Contamos Contigo” y las campañas “Verano y Deporte” de los sesenta

Conviene recordar que a mediados de los sesenta del pasado siglo, hubo una gran campaña nacional denominada “Contamos Contigo” que estaba destinada a promover los deportes, sobre todo los practicados al aire libre. En 1967 ya con Germán Luzardo de concejal de deportes, extraordinario gestor, el deporte se trasladó de las calles a las canchas. El gran mérito de este concejal fue lograr que las instalaciones deportivas de los colegios nacionales se abriesen al público, además de crear las campañas “Verano y Deporte” que tantos nuevos deportistas reclutó para los entonces en expansión balonmano, voleibol y baloncesto.

Las campañas Verano y Deporte engancharon a muchos niños de la zona. Estas actividades deportivas hicieron que las canchas deportivas fuesen un centro de reunión para muchos. Domingo Díaz, quien curiosamente  en la primera campaña se había apuntado a balonmano, al siguiente año comienza su relación con Rodríguez Monroy con su paso al baloncesto. Begoña Santana, por razones de vecindad a la cancha, también se engancha al deporte de la canasta. Entre aquellos niños que se iniciaban estaban, al margen de los dos citados y el que suscribe: Juanito Popó, Mingo el largo, Pacuco Ramos, Zereida, Mary Paz Martín y otros. Y no pudieron tener mejores maestros los que entonces se iniciaban,  pues se contaba  con Pablo Benazco –tremendo jugador años atrás– en chicos y, con Demetria, Isabel y Leonora para las chicas. La ilusión por el basket había comenzado en Rodríguez Monroy.

Para gestionar  las nuevas instalaciones entran personas muy importantes para el baloncesto local como fueron Pablo Benazco y Pepe Marrero, uno en Rodríguez Monroy otro en Santa Catalina. El Eliseo Ojeda, calles más abajo de Rodríguez Monroy, también tuvo cancha de minibasket, pero  se convirtió en feudo del balonmano  a  partir de la llegada de  Leoncio Castellano (gran valedor del balonmano de base). De esas canchas y de la labor oscura de estos hombres saldrían muchísimo nuevos jugadores, además de futuros entrenadores.

Los 3x3 y otras anécdotas de Rodríguez Monroy

En los inicios de los setenta, con ya unos pocos años de existencia de la cancha, el club existente allí aglutinaba equipos en todas categorías, tanto en masculino como en femenino. La cancha era el centro de reunión de las diversas generaciones, pero a la hora del juego, que no del entrenamiento, la cancha principal se prestaba en ambos aros a unos partidillos de 3x3 en los que no importaba la edad de los contendientes. Así se mezclaban jugadores y jugadoras, dándose el caso de jugar infantiles contra junior o seniors e incluso con inclusión de niñas en los partidos.

De esos 3x3 y de la dificultad que Begoña Santana tenía para hacer un cambio de dirección ante los niños mayores consiguió dominar el cambio por la espalda que luego  tan buenos resultados le diera en su carrera como jugadora, además como tenía que tirar muy rápido practicó  con gran acierto un tiro fuerte y a tabla desde lejanas posiciones. Domingo, por su parte, su baja estatura le hizo desarrollar un muy buen tiro exterior.

Muchos nombres nos vienen a la memoria entre los asiduos a los 3x3: Begoña y Domingo, Mingo el largo, Mary Paz, José Guerra, Juanito, Macu, Armas, Marcial, Loly, Paco y AntonioMoreno, Manolo Torres, Juanito Afonso, Prisco, Paco Santana, Juan A. Merino, amén de uno mismo y mis hermanos Juan y Wilo. Incluso, en los veranos, era frecuente encontrar a Carmelo Cabrera el entonces genial jugador del Real Madrid, entre los integrantes de los 3x3.

Dominguito, el guardián de la cancha, abría las puertas a las cinco de la tarde. Ello no impedía que los niños más jóvenes saltasen las  verjas metálicas que tenía la fachada para así comenzar antes la actividad. Cuando llegaba Dominguito, el sermón no había quién lo quitase, pero el hombre  prestaba a los jóvenes uno de aquellos desgastadísimos balones naranja para así comenzar a tirar. Hasta que no había suficiente número de jugadores no se empezaba a jugar. Recuerdo perfectamente que uno tiraba de fuera y el resto debajo del aro para coger el rebote y así poder tirar. Con este espontáneo ejercicio, todos aprendían el arte de buscar el rebote: posición, brazos prietos, punta de los dedos de los pies presionando fuerte sobre el suelo, talones ligeramente levantados y para arriba con fuerza. Los pequeños, evidentemente, se especializaban en el rebote largo. Sí, el baloncesto era muy intuitivo por aquellas épocas. Hoy existe más músculo, pero en aquellos años el más torpe te hacía un traje merced a una buena técnica individual.

Son muchas las anécdotas y momentos que podríamos contar de aquellos años. Todos y cada unos ayudaron a forjar el carácter y el posterior desarrollo de un tipo determinado de baloncesto. Nos vienen a la mente el tema de las zapatillas, lo botines como entonces los llamábamos. Sobre éstos habría que escribir todo un libro. En aquellas épocas tener unas Ella, Pirelli o unas Keds eran ya un detalle. Tener unas All Star o unas Tatum eran palabras mayores. En cualquier caso, hoy se pide tiempo muerto al árbitro para amarrarse los cordones, en aquella época era normal pedirle parar al árbitro para meter por dentro la lengüeta del botín dada las malas condiciones de la bota… Para conseguir unas zapatillas nuevas muchos esperaban al día de Reyes, otros a Bermúdez (presidente de la UD. Las Palmas de baloncesto) y los más espabilados a Recauchutados Bolaños para repararlas. Hoy hay un balón para cada jugador; en aquella época dos sopladeras para todos, así que el balón era un bien escaso y tirarse a por él era de lo más normal. La cancha Rodríguez Monroy fue testigo mudo de todo esto.

Por aquellos años, en fútbol la U.D. Las Palmas estaba en la Primera División y éramos muchos los que, con los pases que nos cedía Bermúdez por ser jugadores del club, nos concentrábamos en la Grada Curva del viejo Estadio Insular para animar a la querida U.D. Como verán los que lean estas anécdotas, el basket unía y todo ello ocurría a través de Rodríguez Monroy.    

Como curiosidad ,y valga para la historia del Carnaval de Las Palmas, en aquellos tiempos de régimen franquista en los que estaban prohibidas estas fiestas en público, en Rodríguez Monroy se haría también una demostración carnavalera. Recordamos, con sonrisa, que los más osados plantearon hacer un partido de carnavales. Dicho y hecho. Una tarde de febrero, los jugadores nos presentamos de tal guisa que los amigos se partían de la risa, y se jugó un partido en los que algunos hasta iban ataviados de brujas con escoba incluida. Eso sí, los pasos se pitaban. La memoria nos hace una mala pasada pero, entre otros, recuerdo al propio Domingo Díaz, Marcial y Zoilo, Manolo Torres, Segundo, Juan Luis Mederos y a mi mismo. ¡Menuda fiesta!

Antonio Bermúdez y Pedro Pulido

Al escribir sobre Rodríguez Monroy y la carrera de Domingo y Begoña en el baloncesto es indispensable recordar a estas dos significativas personalidades del baloncesto canario que tanto tuvieron que ver con ellos.

Antonio Bermúdezfue un padre para el baloncesto canario y más concretamente para Rodríguez Monroy. Bermúdez, uno de los pioneros del baloncesto local, era en aquellos tiempos  el presidente de la sección de baloncesto de la U.D. Las Palmas y quien posibilitó el desarrollo del baloncesto en la cancha con la inclusión de equipos masculinos y femeninos federados. Esto provocó que la cancha fuese un hervidero de jugadores bajo el mismo escudo. Con los años hubo grandes equipos masculinos y femeninos. En el segundo de los casos incluso se alcanzó la Primera División Nacional y con Begoña Santana como principal figura. Los partidos en la cancha, y de cualquier categoría, los íbamos a ver todos y normalmente la cancha se llenaba de gente, indistintamente si eran masculino o femenino. Y Bermúdez, dicharachero y servicial, siempre al pie del cañon, bien en labores de delegado, bien de pañuelo de lágrimas de las niñas  o de proveedor de botines. ¡Cuántos recuerdos!

En otra dimensión también es importante la figura de Pedro González Pulido. El maestro de la zona 1-2-1-1 presionante. Pedro Pulido, recién acabada su licenciatura en Educación Física, se incorporó a la U.D. como entrenador. En Rodríguez Monroy no solo formaría jugadores y jugadoras, además como consecuencia de su pasión por el basket dejó  una escuela de entrenadores. De su primer equipo en la U.D. tres de estos jugadores, entrenaron y fundaron clubes con posteridad: Domingo Díaz junto a Begoña fundarían el C.B. Islas Canarias; Pedro Hernández El Bestia fundaría el Tenefe y el que suscribe el C.D. Heidelberg. Todo un legado el que dejó Pulido. Metódico, con claras ideas sobre el baloncesto, trabajador incansable y además un motivador nato; en este punto los jugadores de la época aún recuerdan los vestuarios de Rodríguez Monroy con carteles alusivos a la defensa y al trabajo de la semana.

Sin duda, Pedro Pulido marcó el carácter y el rumbo en Domingo Díaz y Begoña Santana. En este caso los discípulos superaron al maestro, pero muy probablemente el baloncesto que estos han desarrollado sería otro sin la figura de aquel. Los equipos de Domingo y Begoña siempre han sido grandes defensores, letales en las transiciones y además maestros de las zonas cuando es menester. Tras estos elementos, sin duda, planea la sombra de Pedro.

Quiero finalizar estos folios sobre los orígenes de Rodríguez Monroy y del matrimonio formado por Domingo y Begoña comentando que cuando les encuentro no les miro en su faceta deportiva, para mí son amigos de la infancia y en sus caras veo los niños que conocí entonces, y eso ya es más significativo. Además, la amistad ha perdurado en el tiempo.

Un abrazo a ambos.

Pedro Pablo Peñate Cillero, Las Palmas de Gran Canaria 20 de diciembre de 1955. Profesor adscrito al colegio Heidelberg, donde ejerce su trabajo docente desde 1982; compatibiliza su profesión con el mundo de la investigación en diferentes campos. Toda una vida dedicada al deporte de la canasta, donde ha desempeñado todas las labores posibles: jugador , "amigo" (árbitro de minibasket), dirigente de club y federativo, técnico del deporte base durante 25 temporadas y 20 años como director técnico del C.D. Heidelberg, además posee uno de los archivos más importantes del baloncesto canario.
 
● 1967-1983. Etapa de jugador: I. Pérez Galdós, U.D. Las Palmas,  Pepsi Sansofé, Metropole,  Juventud, C.M. León, Casa Galicia y Tropical Maspalomas. Fueron épocas de selecciones en Gran Canaria para intentar el ascenso a la Primera División Nacional en las que normalmente participó jugando de alero y en muchas ocasiones de falso 4 merced a su fortaleza física.

● 1988 Fundador del club deportivo Heidelberg en 1988 y Director Técnico desde entonces.
 
● 2002 Expone  en Las Palmas de G.C.(Heidelberg)  parte de su archivo gráfico, con fotos inéditas de los orígenes del baloncesto canario.

● 2005 Con motivo del Centenario del Marino F.C. expone  su  Cronología inédita de la Ciudad de las Palmas 1880-1950.
 
● Investigador del baloncesto canario
 
Con  uno de los archivos documentales más importantes del baloncesto canario que ha ido recopilando desde temprana edad:

- Ha colaborado en tesis doctorales con su archivo documental y gráfico.

- Escribe frecuentemente en publicaciones regionales con artículos sobre historia del baloncesto canario.
 
- Colabora con  páginas web nacionales con su archivo y opiniones.
 
●  2007 Premio Investigación 2006 por la Asociación de Prensa Deportiva de Las Palmas.

●  2008  Escribe, para serial,  “Los primeros momentos de la televisión en España y en Canarias de Madrid”.