356 jugadoras, setenta entrenadores, más de mil acompañantes y ellas y ellos procedentes de todos losrincones de nuestra geografía. Niñas entre doce y catorce años demostrando en Lanzarote que el futuro del baloncesto femenino español está asegurado.

Miguel Panadés - Gigantes del Basket

Contra la crisis, futuro. Contra los problemas que acucian a algunos clubes de élite, inyecciones de ilusión de la mano de cientos de jugadoras que demuestran que nuestro deporte –el que más licencias femeninas tiene en España– late fuerte desde la base, desde allá donde nace esa pasión que ya jamás se olvida. Ganó Gran Canaria 2014 La Caja de Canarias, ganó el proyecto dirigido desde hace tantos años por esa incomparable pareja en el baloncesto femenino que forman Begoña Santana y Domingo Díaz. Una en el banquillo, el otro desde la grada, los dos unidos en la vocación de  hacer competir a esas jugadoras con una concentración y ambición deportiva superior a la del resto de participantes. Porque esta vez Gran Canaria no tenía la fuerza de otros años pero sí mostraba su habitual capacidad para gestionar los partidos con una seriedad y rendimiento excepcional. Tenía Gran Canaria 2014 además a la mejor jugadora del torneo, Iris Junio Mbulito, una base nacida en el 99, hija de Puri Mbulito, ex jugadora muchos años en el Islas Canarias. Iris, pre-infantil fue indiscutiblemente el factor diferencial –mejor anotadora, segunda mejor pasadora y la más valorada– formando buena asociación con Natalia Rodríguez, otra 99, de un equipo que supo jugar con inteligencia, con roles muy definidos, con utilización de espacios y situaciones tácticas que para algunos son excesivamente trabajadas en estas edades y para otros simplemente son herramientas más que las jóvenes jugadoras usan para competir mejor y para celebrar la victoria al final.

Sorprendentes Mataró, Cía. de María y Clavijo

Ganó Gran Canaria en la final a un sorprendente Mataró que tuvo en Berta Cejudo -segunda mejor anotadora del torneo– esa figura relevante dentro del buen trabajo de un equipo muy bien trabajado, muy bien estructurado con diez jugadoras dando todo en cada momento. Ahí destacó Judith Valls, jugadora alta y con muy buena proyección. En ese cuadro de honor se coló otro sorprendente equipo representando la importancia del ‘trabajo invisible’ en colegios o clubes modestos. Desde Zaragoza el Compañíade María formó con un grupo de chicas que fueron creciéndose amedida que avanzaba el campeonato y se iban encontrando cadavez más inspiradas, con la confianza necesaria para ir superandopruebas, cada vez más duras y a la vez más ilusionantes. Zoe Ro-mero y Cristina Vecino mostraron especial talento dentro de ungrupo en el todas sin excepción sumaron para conseguir una  ter-cera plaza que superaba sus expectativas. Esa  tercera plaza se laganaron en la ‘consolación’ a Clavijo, otra demostración de queen Autonomías como La Rioja el trabajo de base, poco apreciadodesde los medios, es fundamental para alimentar la ilusión por elbaloncesto. Cuarto puesto para un grupo que tuvo en Irene Me-del, otra 99, la jugadora más destacada. 

El Ros, que sigue en la base, con una buena generación

El Ros Casares no seguirá en la élite la próxima temporada pe-ro eso no es razón para dejar trabajar una base que tiene unageneración que ilusiona. Quinto puesto para sus infantiles con Lucia de la Cruz y Claudia Canuto como jugadoras más destacadas. Burlada (Irati Echarri e Irati Olave), Náutico de Tenerife (Paula Becerra, Elena Pérez) y Carmelitas de Ourense (Paula Guinzo y Paula Valiño) completaban un Top 10 de los mejores equipos y sus respectivas jugadoras más destacas. Pero atención, porque hablamos de infantiles y por lo tanto de muchas jugadoras que no aparecen en esta lista pero que seguramente tienen tanta o más proyección que las que ahora sí  destacan.

Porque en estas edades –98 jugadoras eran pre-infantiles y 9 eran nacidas en el 2.000, o sea minis– los cambios físicos, la evolución técnica especialmente de las más altas, hace que las previsiones de hoy cambien completamente en el futuro. Eso sí, destacaron ‘jugonas’ entre las más generaciones más pequeñas y buenos físicos  entre las ya infantiles de edad.

Destacaron esas individualidades –atención a la mini Alba Ibáñez  de San Blas (Alicante)– y el hecho de ver entre los mejores equipos clubes modestos y colegios. «A estas edades es clave que los y las jugadores se desarrollen en su entorno, con sus amigas, con su familia pero eso sí, entrenando bien y formándose adecuadamente. Más adelante algunas de estas jugadoras que destacan entre sus compañeras les irá bien más competencia para seguir evolucionando», afirmaba Anna Junyer, entrenadora de la Federación Española y a la cual ha consultado esta revista aspectos claves de un Campeonato que deja un buen sabor de boca a los 32 equipos participantes, representativos de todas nuestras Autonomías.