El plazo para ingresar el aval se acaba y el dinero necesario para completar la cifra cada vez se antoja más lejano. El  4 de Julio es la fecha límite que tiene el Club Baloncesto Islas Canarias para poder inscribirse en el que sería su 30 aniversario en la máxima categoría del baloncesto femenino nacional  de forma ininterrumpida.  

La suma de dinero que tiene que conseguir el club son 70.000 euros como aval y  2.550 como inscripción, una cifra realmente insignificante comparada con nuestros vecinos del UB La Palma que para jugar la Adecco Oro, tuvieron que depositar la cifra de 218.000 euros, vía CB Gran Canaria, más los 40.000 de cuota de afiliación según las bases de la competición de la Adecco Oro en la 2011/2012. Nada comparable tampoco al dinero que requiere jugar en la Liga Endesa, una competición que el CB Canarias no va a poder disputar por no cumplir los requisitos que superaban los 5 millones de euros, pese al apoyo de las instituciones, menos el Gobierno de Canarias de nuevo ausente.

Con la renuncia a Europa, excepto piedad de FIBA Europe, se abrió un precedente peligroso. La competición europea, ganada en una ocasión por las amarillas y con dos subcampeonatos, y una última participación por encima de las posibilidades reales, requería una cifra aún menor que la Liga doméstica.

Solamente 20.000 euros que hubieran supuesto llevar el nombre de la isla más allá del océano con una rentabilidad demostrada durante más de 17 años en la competición. Además dándose la característica de que el Gran Canaria 2014, por motivos clasificatorios, no va a poder jugar la Eurocup y por lo tanto el CB Islas Canarias sería el único representante del baloncesto y de la isla en competición europea. Pero esto es más importante si cabe, debido a que la Copa del Mundo 2014 está a la vuelta de la esquina y requerirá un importante vehículo de potenciación que tiene su mayor expresión en la primera plantilla amarilla.

El retorno de la inversión en el baloncesto femenino es un hecho comprobado de sobra dentro del mundo institucional y empresarial.  Con más de 132.440 licencias, según datos del último registro de 2011 del Consejo Superior de Deportes, es el deporte femenino más practicado dentro del estado español. Y además representa el sentir de la disciplina más practicada por las mujeres y por lo tanto una clara vía para la igualdad.

Ningún deporte femenino mete a 3.500 personas en pabellones como lo hace el Perfumerías Avenida de Salamanca, o 5.000 como hizo este club en la final de la Ronchetti y ninguna liga femenina de ningún deporte tiene el seguimiento, ni la capacidad de ver televisados sus partidos a nivel nacional y en abierto para todo el estado. Ello quiere decir también, que con poco dinero, si lo comparamos con las cifras anteriormente expuestas para segundas categorías masculinas, el retorno en títulos y formación puede ser espectacular. Más en una isla necesitada de referentes deportivos de élite y con un Mundial en dos años escasos.

El baloncesto femenino en Gran Canaria está al borde del colapso. Es una situación que condujo la campaña pasada a no saber si se podía cumplir con el compromiso de viajar a Europa, por el retraso del pago del Gobierno de Canarias, que aún hoy seis meses después se mantiene. El problema no es solo el dinero, sino también el tiempo. El pago de los avales para las competiciones es ya, y no entiende de demoras más allá de casos extraordinariamente puntuales.

Esperemos que el pueblo reaccione y no olvide, que aunque el primer equipo es el espejo y el 50 % de la plantilla son canarias, detrás hay una cantera que solo hace que demostrar que son las mejores de España ganando Campeonatos Nacionales. El tiempo aprieta y la historia reivindica, una muerte en falso no sería justa para más 30 años de éxitos.